sábado, 21 de marzo de 2020

Sagrada Comunión de mano: prohibición, Pena de excomunión

Siempre existe un riesgo, y la experiencia lo enseña. Cuando el alma durante la Sagrada Comunión prefiere recibirla en la mano no avanza en el conocimiento de Dios, sino que se queda estancado. Y cuando se le trata de ayudar, explicándole las diferencias, si es mejor recibir a Jesús de rodilla y en la boca, realmente no quiere escuchar, pues son muchos años los que comulgantes que reciben a Jesús en la mano: 


--"Es que la Iglesia la manda, y yo quiero seguir comulgando de esa manera, no de rodillas ni en la boca", y esto es falso. 


Peligro de haber seguido un camino impío. La Iglesia no puede mandar nada que ofenda a Dios ni daña a las almas. La Iglesia de Cristo nos enseña a tener una vida de pureza y santidad, nos muestra el camino de Cristo Jesús, para nuestra salvación. 


«la fe como tal es siempre idéntica. Por lo tanto, el Catecismo de San Pío X conserva siempre su valor. Lo que puede cambiar es la manera de transmitir los contenidos de la fe. [...] Pero eso no impide que pueda haber personas o grupos de personas que se sientan más a la voluntad con el Catecismo de San Pío X. Es preciso no olvidar que aquel Catecismo [...] era fruto de la experiencia catequética personal de Giuseppe Sarto [...]. También por eso, el Catecismo de San Pío X podrá continuar y tener en el futuro algunos amigos» («Entrevista al cardenal Ratzinger: El catecismo en un mundo postcristiano». 30 Dias. Abril de 2003.) (Wikipedia)





Catecismo Mayor de San Pío X
630.- ¿Cuántas cosas son necesarias para hacer una buena Comunión? – Para hacer una buena Comunión son necesarias tres cosas: 1ª., estar en gracia de Dios; 2ª., guardar el ayuno debido; 3ª., saber lo que se va a recibir y acercarse a comulgar con devoción.
632.- ¿Qué debe hacer antes de comulgar el que sabe que está en pecado mortal? – El que sabe que está en pecado mortal debe hacer una buena confesión antes de comulgar, pues no le basta para comulgar como conviene el acto de contrición perfecta sin la confesión.
633.- ¿Por qué para poder comulgar no basta ni aun el acto de contrición perfecta al que sabe que está en pecado mortal? – Porque la Iglesia ha establecido para mayor reverencia de este sacramento que quien está en pecado mortal no se atreva a comulgar si primero no se ha confesado.
634.- ¿Recibiría a Jesucristo el que comulgase en pecado mortal? – El que comulgase en pecado mortal recibiría a Jesucristo, más no su gracia; antes bien, cometería un sacrilegio y sería merecedor de la sentencia de condenación.

4º.- De la manera de comulga

643.- ¿Cómo hemos de estar en el acto de recibir la Sagrada Comunión? – En el acto de recibir la Sagrada Comunión hemos de estar arrodillados, tener la cabeza medianamente levantada, los ojos modestos y vueltos a la Sagrada Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un poco fuera sobre el labio.

644.- ¿Cómo hay que tener la bandeja de la Comunión? – La bandeja de la Comunión hay que tenerla de manera que recoja la Sagrada Hostia, si por ventura viniese a caer.

645.- ¿Cuándo hemos de tragar la Sagrada Hostia? – Hemos de tragar la Sagrada Hostia lo antes posible y abstenernos de escupir por algún tiempo.

646.- ¿Qué hay que hacer si la Sagrada Hostia se pega al paladar? – Si la Sagrada Hostia se pega al paladar, ha de despegarse con la lengua, y jamás con los dedos

669.- ¿Qué es comunión espiritual? – Comunión espiritual es un gran deseo de unirse sacramentalmente a Jesucristo, diciendo, por ejemplo: “Señor mío Jesucristo, deseo con todo mi corazón unirme a Vos ahora y por toda la eternidad”, y haciendo los mismos actos que preceden y siguen a la comunión sacramental.

Quien ama a Jesucristo, nunca se atreverá a tocar con la palma de la mano, y menos con los dedos a Jesucristo, sino que le recibe en la boca, de rodillas en la bondad del corazón. 

Notemos que no se debe masticar la Sagrada Comunión, sino tragarla, 



Esta imagen ha sido tomada del blog del hermano Sacerdote, D. Javier Olivera Ravasi; Que no te lo cuenten. Vemos aquí que los Apóstoles, reciben de Jesús, el alimento. Vemos también otro grupo de discipulos que están de rodillas. Los Apóstoles como nuevos Sacerdotes de Cristo, y que todo debe hacerse en memoria de Cristo Jesús. Los discípulos arrodillados, como miembros del Cuerpo Místico de la Iglesia Santa de Dios.


Algunos citan a San Cirilo de Alejandría, pero yo lo trancribo desde el libro, que es un libro muy importante, de la Biblioteca de Patrística, que voy añadiendo. 

«Al acercarte no vayas con las palmas de las manos extendidas, ni con los dedos separados, sino haz con la mano izquierda un trono, puesto debajo de la derecha, como que está a punto de recibir al Rey; y recibe el cuerpo de Cristo en el hueco de la mano, diciendo amén. Después de santificar tus ojos al sentir el contacto del cuerpo santo, recíbelo seguro con cuidado de no perder nada del mismo. Pues si se te cayera algo, está claro, es como si alguien te diera unas virutas de oro, ¿no los guardarías con todo esmero decidido a no perder nada de ellas y tener que soportar la pérdida? ¿Y no habrá que poner mucho más empeño que no se te caiga ni una migaja, que es más valiosa que las piedras?» (San Cirilo de Jerusalén, Catequesis, 23, 21. Ciudad Nueva)

San Cirilo de Jerusalén, que falleció alrededor del 386-387, que había establecido esta forma de recibir al Señor, pero que luego por inspiración del Espíritu Santo, se corrigió, y se prohibió bajo pena de excomunión. Además, como dicen los más estudiosos, el texto en que se ha atribuido a San Cirilo. 

Parece ser que la bandeja de comunión no lo habría por aquel entonces. 







No, no está permitido que el fiel por sí mismo, tome la comunión en la mano. Por lo que se comulga en la boca, pero arrodillarse es reconocer la Majestad de Dios, y siempre con la bandeja de la Comunión, que siempre se ha de mantener, para mayor gloria de Dios.

No todos los sacerdotes obedecen al Magisterio de la Iglesia Católica, sino a las opiniones comunes, y de esta forma, están provocando un daño irreparable a una multitud de cristianos, que ya no reconozcan a Cristo, que comulgan, pero sin fe, sin respeto a la Sacratísima Eucaristía. Y son una multitud de cristianos, que prefieren permanecer en una ignorancia voluntaria. Porque la ignorancia se puede superar, aceptando la verdad de nuestra fe católica. Pero es diabólico permanecer en el error, como ya lo decía San Agustín.  

Para el que está sinceramente en comunión con Cristo, las enfermedades serán pasajeras. Si se recibe con fe, no con fe fingida, pues Dios conoce los corazones. Esa alma no perecerá. 

La Sagrada Comunión, un sacramento que nos ayuda a la vida espiritual, pero el que la recibe indignamente, come y bebe su propio castigo. 

Y es que los pastores modernistas, ya aunque celebren la Santa Misa, no tienen fe, tienen miedo de cualquier cosa, no creen en el poder de la Eucaristía, por sus frutos se les conocen. 

Bergoglio, a quienes mucho le imaginan que es el "Papa Francisco", solamente aconseja conforme a la mentalidad de los herejes, herejías arriana, del protestantismo. Pastores que han pasado de ser católicos para ser protestantes. 


La bandeja de la Comunión es el sacramental más importante. Para que no caiga partículas consagradas, que ahí está Jesús, no obedecen a la Iglesia, y algunos prefieren poner como un purificador en la palma de la mano, si cayera partículas consagradas. Pero esto también es abuso, rebeldía contra el Magisterio de la Iglesia Católica. Que a la luz de la fe, y del amor a Dios, es una gravísima ofensa contra el Señor nuestro Dios. 

Incluso cuando en la bandeja de Comunión se coloca, llega a caer partículas consagradas, pero no caen en el suelo. Se notan esas partículas en la bandeja, aunque se haga con el mayor de los cuidados. Y que el sacerdote momentos después, lo retira con toda reverencia.

Si la torpeza humana, la pérdida de fe, solamente la ponen en la mano, existe en realidad, que las partículas se pierdan, luego otros lo pisotean.


Siempre que un sacerdote distribuya en la mano la Sagrada Comunión, no está siguiendo las enseñanzas de la Iglesia Católica, nada tiene que ver con el Magisterio, como algunos han intentado engañarme, pero en vano. Son bautizados que continuamente maltratan a Cristo Jesús, y no quieren reconocerlo, porque han naufragado en la fe. Si tuviera algo de amor a Dios, pues no cometería esos pecados, y haciendo pecar a gran número de feligreses.

Esos son los que no tienen fe, que no aman a Dios, y hacen mil veces peor que Judas Iscariote. 


Considera, que si alguien desea comulgar de pie y en la mano, es porque permite ser encadenado por el príncipe de las tinieblas. En una de las visiones de San Juan Bosco, veía que muchos jóvenes no querían arrodillarse, ni siquiera cuando en la consagración del vino y el pan, y la causa, es que tenían sobre ellos, a demonios que les dominaba, y no querían que se arrodillasen ante el Señor. 



CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO
Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS

INSTRUCCIÓN
REDEMPTIONIS SACRAMENTUM

Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar
acerca de la Santísima Eucaristía

3. OTROS ABUSOS
  • [174.] Además, aquellas acciones, contra lo que se trata en otros lugares de esta Instrucción o en las normas establecidas por el derecho, no se deben considerar de poca importancia, sino incluirse entre los otros abusos a evitar y corregir con solicitud.
  • [175.] Como es evidente, lo que se expone en esta Instrucción no recoge todas las violaciones contra la Iglesia y su disciplina, que en los cánones, en las leyes litúrgicas y en otras normas de la Iglesia, han sido definidas por la enseñanza del Magisterio y la sana tradición. Cuando algo sea realizado mal, corríjase, conforme a las normas del derecho.


Y muchísimas que hay, pero es que hay un rechazo brutal, deliberado a la Tradición de la Fe Apostólica. Tal ha sido la gravedad, que han conseguido el cierre de muchas iglesias. Ahora, gracias a Dios, hay sacerdotes que verdaderamente prefieren obedecer a Dios, y se entregan a la plena voluntad de Dios.

  • El hombre sólo está obligado a obedecer a Dios interna y externamente, mientras que la obediencia hacia los superiores eclesiásticos y civiles está meramente condicionada por su propia autoridad sobre la comunidad que dirigen y por la que deben responder ante Dios. Esto es por lo que puede ser necesario rechazar en conciencia obedecer una orden concreta, sin poner en duda la institución de los superiores eclesiásticos.
  • —Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica II-II q. 104 a. 5.

Obedecer a Dios sobre todo, como obligación libre, no es forzosa, es la libertad y la dulzura que recibimos del Altísimo para nuestra salvación, una necesidad para la Vida eterna. 

La plaga del coronavirus no se puede evitar con la comunión en mano, pues ha sido estas causas, que el alma haya perdido completamente la fe, y atraiga para sí la ruina eterna. 

Pues el sacerdote ya rompe con la disciplina de la Santa Madre Iglesia, por respetos humanos, son muchos que se dejan empujar al castigo eterno. Y no hay manera de convencerlos: "ese no es el camino, porque lo estás maltratando, estás escarneciendo a Jesús". No hacen caso. Quieren obligarnos por la fuerza a que rompamos nuestro amor a Dios, por el hecho que ellos no tienen amor de Dios en sus corazones, por sus frutos se conoce el árbol.

  • Ha sido prohibido, y bajo pena de excomunión para quienes profanen la Sagrada Comunión tomándolo con la mano, pues hemos de ir a la Tradición, los tiempos modernos, llegan a perdonar hasta a los más criminales que han recibido sentencia condenatoria en la eternidad. Para nosotros, lo que nos interesa es obedecer a Dios, no a los hombres que buscan nuestra condenación, respecto a que forzosamente están obligando, a recibir a Jesús indignamente, bajo una falsa piedad.  

Para saber más, ir a este sitio: Breve historia de la Comunión en la mano. Orígenes histórico de su uso y desuso


Otros:

LA PRESENCIA REAL EXIGE LA COMUNIÓN DE RODILLAS Y EN LA BOCA, 










El cardenal Muller ha calificado de «muy adecuado» un artículo de Douglas Farrow, Profesor de pensamiento cristiano en la McGill University de Montreal, (Quebec, Canadá), radicalmente crítico con lo que está ocurriendo en el Sínodo para la Amazonia y en la Iglesia.

(InfoCatólica) En su artículo The Amazon Synod is a Sign of the Times (El Sínodo Amazónico es un Signo de los Tiempos), publicado en First Things, Farrow critica "El kairos y la cultura del encuentro que se elogian en el Sínodo Panamazónico":
La iglesia "llamada a ser cada vez más sinodal" y "encarnarse" en las culturas existentes, es una iglesia bergogliana. Y esta iglesia, para ser claros, no es la Iglesia Católica. Es una falsa iglesia. Es una iglesia autodivinizante. Es una iglesia anticrística, un sustituto de la Palabra hecha carne a la que pertenece realmente la Iglesia Católica y de la cual, como insiste el cardenal Müller, la Iglesia siempre debe dar testimonio si quiere ser Iglesia.
Y añade:
«Entonces, ¿dónde nos deja eso? Nos deja, francamente, con la pregunta de cómo la Iglesia verdadera y la falsa pueden tener el mismo pontífice y de qué se debe hacer al respecto. Otros están planteando esta misma pregunta a su manera. Es una pregunta muy incómoda, ya sea para un humilde laico o para todo un clérigo, ambos atacados por el Instrumentum si dan el menor indicio de petrificación [Nota: referencia a las “doctrinas petrificadas” de las que habla el Instrumentum Laboris]. Supongo que también es una pregunta muy incómoda para el propio pontífice, que desempeña el cargo de Pedro a la vez que lo usa para atacar la "petrificación". Pero esa es la cuestión planteada por el Sínodo de la Amazonia, que ciertamente es un signo de los tiempos».
La contundencia de las críticas de Douglas Farrow no ha sido óbice para que el cardenal Gerhard Müller, Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo haya elogiado y completado con su propia reflexión sobre lo que ocurre hoy en la Iglesia, y a que a continuación reproducimos:
Un artículo muy adecuado. Aquí (en Roma) uno no oye nada. Nada se comunica al exterior, excepto que existe una enorme presión sobre aquellos que piensan de forma ortodoxa y católica. La situación es tal que ni siquiera los obispos parecen darse cuenta de que se ha cruzado la frontera hacia el antiguo paganismo. Ahí es donde los verdaderos «conservadores» o «ultrarreaccionarios» se encuentran, cuando uno interpreta estos términos en el correcto sentido de Cristo que es la fresca novedad de Dios que no puede ser superado.
Por ejemplo, antes y durante la época de san Ireneo de Lyon - que nos legó sus cinco libros «Contra las herejías», los cuales son de nuevo muy relevantes hoy - algunos se permitieron ellos mismos ser erróneamente cautivados por la así llamada Gnosis. «Ya que por haberla profesado, algunos se han apartado de la fe». (1 Tim 6, 21). Ireneo había pasado algún tiempo en Roma y había luchado allí contra las herejías gnóstico-cristianas. En el s. II, él fue el defensor más importante del Primado de Roma, pero esto no fue obstáculo para que él personalmente pidiera a los Papas Eleuterio y Víctor I que eligieran enfoques más sabios y justos.
El hombre sólo está obligado a obedecer a Dios interna y externamente, mientras que la obediencia hacia los superiores eclesiásticos y civiles está meramente condicionada por su propia autoridad sobre la comunidad que dirigen y por la que deben responder ante Dios. Esto es por lo que puede ser necesario rechazar en conciencia obedecer una orden concreta, sin poner en duda la institución de los superiores eclesiásticos (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica II-II q. 104 a. 5). Cuando San Pablo se opuso cara a cara a San Pedro - que era claramente su superior en la jerarquía - no fue una «correctio fraterna» en el ámbito privado, sino más bien una defensa pública de la fe en su plenitud y a la luz de sus consecuencias internas y externas. Por lo tanto, en cuanto se refiere a la defensa de la fe, todos apóstoles y obispos, tenemos las mismas responsabilidades, el mismo San Pablo pudo, como apóstol, corregir públicamente al apóstol San Pedro, al mismo nivel, sin poner en duda su cargo, que le fue confiado a él por Cristo en persona. (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica II-II q. 33 a. 4)
«Creerse en todo mejor que su superior parece presuntuosa soberbia; pensar, en cambio, que es mejor en algo no tiene nada de presunción, ya que en esta vida no hay nadie sin defecto. Pero hay que tener en cuenta también que quien amonesta con caridad a su superior, no por eso se considera mejor, sino que va en auxilio de quien está en un peligro tanto mayor cuanto más alto puesto ocupa, como enseña San Agustín». (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, II-II, q. 33 a. 4)
Hablemos sólo un poco sobre la moda actual de los ignorantes que dividen la Iglesia en dos campos, los enemigos y los amigos del Papa, como si las relaciones personales privadas con un Papa en particular fueran la base del Primado de Roma con respecto a la doctrina de la fe y la moral y dada la communio jerárquica de los obispos con el Papa.
El papado es de derecho divino y por lo tanto no está basado en el número de seguidores en Facebook, ni en la voluble aprobación de periodistas y oportunistas.
La clara distinción entre la fe en Dios y el paganismo que hace San Pablo no debe ser obviada: porque ellos «cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes que representan a hombres corruptibles, aves, cuadrúpedos y reptiles… han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente». (Rom 1, 23.25)
La adoración a Dios es la verdadera teología de la liberación del miedo, del temor, de la inseguridad que nos llega desde el mundo material y de los prójimos. Y sólo con la ayuda del Evangelio y la gracia de Cristo puede desarrollar una cultura su influencia positiva y liberarse del poder del mal.
Objetivamente, la idolatría y la superstición son los mayores pecados, basados en la confusión entre el Creador y la criatura (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica II-II, q. 94 a. 3), que sólo pueden ser superados por la herejía de aquellos que ya han recibido la verdadera fe por la proclamación de la Iglesia, en contraste con los paganos que, sin tener culpa, aún no conocen el Evangelio.
Desde la tumba de Pedro, la religión católica debe siempre transmitir la verdad y la claridad, porque este apóstol (Pedro), y sus sucesores (junto con todos los obispos y fieles), responde a la pregunta ¿Quién dicen que soy?: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». (Mt 16, 16). Y esto no le ha sido dado por un diálogo con gente que piensa como él o lo ha pensado él mismo, sino por la Revelación del Padre por el Hijo. La Fides Petri (fe de Pedro) es el fundamento de la Iglesia católica. La profesión de fe no necesita ser reinventada, adaptada a voluntad o reinterpretada cuando parezca oportuno. La fe es el poder de la Palabra de Dios en el corazón de la Iglesia y por lo tanto no es un fósil del obsoleto pensamiento humano. La Revelación está en Cristo, siempre presente en su plenitud en la fe de la Iglesia. Nosotros no podemos agotar esta fuente hasta que Él regrese al final de los tiempos. Pero tampoco debemos querer mejorarla por medio de enmiendas humanas supuestamente necesarias. Esa sería la peor contaminación medioambiental que haría nuestro planeta inhabitable. Si el Verbo Encarnado, que estaba con Dios y es Dios, ya no habita entre nosotros y en nuestro interior, ¿dónde habría aún lugar para nosotros?


Traducido por Ana Maria Rodríguez y Manuel Pérez Peña 

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