martes, 17 de marzo de 2020

La Comunión Espiritual



La Comunión Sacramental solamente se puede recibir unas o dos veces, conforme lo enseña la Iglesia Católica, pero no de cualquier manera. La Comunión Espiritual se puede recibir tantas veces que el alma fiel lo desee. 


Pero es bueno también que antes de la comunión espiritual, nos hagamos un atento examen recemos el acto de contrición, pidiendo al Señor perdón por nuestras horribles maldades, horribles pecados. Y que seamos más humildes.







San Juan María Vianney, el Cura de Ars, decía:  “Una Comunión espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse.  Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual”.



Oración para Comulgar espiritualmente:

Jesús mío, creo que Tú estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte ahora dentro de mi alma; ya que no te puedo recibir sacramentalmente, ven a lo menos espiritualmente a mi corazón. 

Señor, no soy digno ni merezco que entres en mi pobre morada pero di una sola palabra y mi alma será sana, salva y perdonada. 
El Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, guarden mi alma para la vida eterna. Amén. 

Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. Tú no te ausentes de mí. 

Te suplico, oh Señor mío Jesucristo, que la ardiente y dulce fuerza de tu amor, embargue toda mi alma, a fin de que muera de amor por Ti, a sí como Tú te dignaste morir de amor por mí. 
Amén                        


Sagrario de la Ermita de San Isidro. Madrid

 Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos.

 Rahner afirma que “el lugar por excelencia de la comunión espiritual es la iglesia y su momento privilegiado es aquél en el que la persona está arrodillada ante el Santísimo sacramento”. (La comunión espiritual se puede hacer en cualquier momento del día y en cualquier lugar del mundo, pero, ciertamente, el momento más apropiado es el de la visita y adoración a Jesús sacramentado). Incluso, viajando o trabajando, podemos estar en adoración ante Jesús sacramentado.

Sobre esto, Sta. Catalina de Siena tuvo una visión. Vio a Jesús con dos cálices y le dijo: “En este cáliz de oro pongo tus comuniones sacramentales y, en éste de plata, tus comuniones espirituales Los dos cálices me son agradables”.


 Decía S. Antonio María Claret: “Tendré una capilla fabricada en medio de mi corazón y en ella, día y noche, adoraré a Dios con un culto espiritual”.

 Sta. Teresa de Jesús recomendaba: “Cuando no podáis comulgar ni oír misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho”

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