sábado, 17 de noviembre de 2018

Solo Jesucristo guia y confirma nuestra fe, en la verdadera Iglesia Católica.


A mayor gloria y alabanza del Señor,
Ave María Purísima


Mis buenos hermanos, en esta reflexión, dos puntos, el Buen Pastor, que es Cristo; y la oración de Jesús, no del hombre, es de Jesús, se trata del Padre nuestro, ninguno de nosotros hemos de cambiar todo lo que la Palabra de Dios nos enseña, la Sagrada Biblia. 

Grande locura el intentar corregir a Dios. La Iglesia Católica está prevenida, y nunca hará esos cambios, pues está al servicio de la Palabra de Dios. 

Lo bueno, es que la falsa iglesia, la anti iglesia, la que permite las suciedades del pecado, la corrupción, la iglesia maldita que admite a quienes están sujetos a los pecados de Sodoma y Gomorra, que se le dan puestos de sacerdotes, de obispos y cardenales. Que no nos engañen, que sabemos donde está la verdadera Iglesia, el Santo Padre, ahora escondido, es Benedicto XVI.
Desde hace mucho tiempo, Jorge Mario Bergoglio, que se ha aprovechado para vestirse de Papa, la intención fue esa, para apoderarse de la Iglesia Católica, y luego progresivamente ir cambiando todo hasta eliminar por completo la Tradición Apostólica. 

Los cambios que sugiere Bergoglio no son lo que es conforme a perseverar. Cambiar los textos de la Biblia, las enseñanzas de Jesús, es querer corregir a Dios, y esto no tiene solución.

Los sacerdotes, obispos incluso el auténtico Papa, es administrador de la Iglesia de Cristo, es quien debe custodiar, perseverar en la Tradición Apostólica, quien sea que abra las puertas de la Iglesia, para que entre el pecado, y pecados abominables como los de Sodoma y Gomorra, tambien el adulterio, divorciados vueltos a casar, es también abominación ante Dios, aquel que lo ha consentido, que da la Comunión a estas almas desgraciadas y corrompidas no es de Dios sino que es ministro de Satanás, que se viste con traje eclesiástico. Pero quien es de Cristo reconoce cual es la voz del Señor y no va a los demonios para escucharles con atención.



1 En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es un ladrón y un salteador. 2 Pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. 3 A éste le abre el portero y las ovejas atienden a su voz, llama a sus propias ovejas por su nombre y las conduce fuera. 4 Cuando las ha sacado todas, va delante de ellas y las ovejas le siguen porque conocen su voz. 5 Pero a un extraño no le seguirán, sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños.

6 Jesús les propuso esta comparación, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

7 Entonces volvió a decir Jesús:
—En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos cuantos han venido antes que yo son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les escucharon. 9 Yo soy la puerta; si alguno entra a través de mí, se salvará; y entrará y saldrá y encontrará pastos. 10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.



San Juan muestra ahora cómo los hombres podemos llegar a la salvación por la fe en Cristo y por medio de su gracia. Jesús es la puerta por la que se entra en la vida eterna, el Buen Pastor que nos conduce y ha dado su vida por nosotros. Con las imágenes del pastor, las ovejas y el redil, se evoca un tema preferido de la predicación profética en el Antiguo Testamento: el pueblo elegido es el rebaño y el Señor su pastor (cfr Sal 23). Los profetas, especialmente Jeremías y Ezequiel (Jr 23,1-6; Ez 34,1-31), ante la infidelidad de los reyes y sacerdotes, a quienes también se aplicaba el nombre de pastores, prometen unos pastores nuevos. Más aún: Ezequiel señala que Dios iba a suscitar un Pastor único, semejante a David, que apacentaría sus ovejas, de modo que estuvieran seguras (Ez 34,23-31). Jesús se presenta como ese Buen Pastor que cuida de sus ovejas. Se cumplen, por tanto, en Él las antiguas profecías. El arte cristiano se inspiró muy pronto en esta figura entrañable del Buen Pastor y dejó así representado el amor de Cristo por cada uno de nosotros.
Para comprender mejor las palabras de Jesús en los vv. 3-5, conviene recordar que en aquellos tiempos era costumbre reunir al oscurecer varios rebaños en un mismo recinto. Allí permanecían toda la noche bajo la custodia de un guarda. Al amanecer, cada pastor llegaba, le abría el guarda, y llamaba a sus ovejas, que se incorporaban y salían del aprisco tras él; les hacía oír frecuentemente su voz para que no se perdieran, y caminaba delante para conducirlas a los pastos. El Señor hace uso de esta imagen, tan familiar a sus oyentes, para hacerles una advertencia importante: ante voces extrañas, es necesario reconocer la voz de Cristo —actualizada de continuo por el Magisterio de la Iglesia— y seguirle, para encontrar el alimento abundante de nuestras almas. Las palabras de Jesús tienen especial significación para quienes ejercen en la Iglesia el oficio de pastores: «Yo soy el buen Pastor. Con ello quiere estimularlos a la caridad, insinuándoles que nadie puede ser buen pastor, si no llega a ser una sola cosa con Cristo por la caridad y se convierte en miembro del verdadero pastor» (Sto. Tomás de Aquino, Super Evangelium Ioannis, ad loc.).

Cristo se aplica la imagen de la puerta (v. 7) por la que se entra en el aprisco de las ovejas que es la Iglesia. Al redil entran los pastores y las ovejas. Tanto unos como otras han de entrar por la puerta, que es Cristo. «Yo —predicaba San Agustín— queriendo llegar hasta vosotros, es decir, a vuestro corazón, os predico a Cristo: si predicara otra cosa, querría entrar por otro lado. Cristo es para mí la puerta para entrar en vosotros: por Cristo entro no en vuestras casas, sino en vuestros corazones. Por Cristo entro gozosamente y me escucháis hablar de Él. ¿Por qué? Porque sois ovejas de Cristo y habéis sido comprados con su sangre» (In Ioannis Evangelium 47,2.3). «La Iglesia, en efecto, es el redil cuya puerta única y necesaria es Cristo. Es también el rebaño cuyo pastor será el mismo Dios, como Él mismo anunció. Aunque son pastores humanos quienes gobiernan a las ovejas, sin embargo, es Cristo mismo el que sin cesar las guía y alimenta; Él, el Buen Pastor y Cabeza de los pastores, que dio su vida por las ovejas» (Conc. Vaticano II, Lumen gentium, n. 6). [Sagrada Biblia de Navarra, Nuevo Testamento. Eunsa]


Reflexión, Jesús es el buen pastor que siempre nos dice la verdad. Nunca nos engañan como hacen los asalariados, son ladrones, porque intentan robar almas a Dios para atraerlas así, los mercenarios nunca se preocupan de la vida espiritual del rebaño de Cristo. 

El ladrón es quien justifica todas las falsas religiones, las culturas paganas, ese es el destructor y asesino de almas, no viene de Cristo Jesús. Que "la política es la obra más grande de la caridad", que hacen acuerdos con la bestia, con el anticristo, como el comunismo chino, esto no es la labor de un pastor, sino de un alma impía. Y todavía hay tantos insensatos, que no quieren ver, que no quieren oír, que engañados por el maligno, no quiere romper esos engaños, y desean seguir tras los pasos de lobos que los están empujando a lo más hondo del infierno. 

Es muy importante para nosotros, quiere esa unidad que encontramos en los intereses de Nuestro Señor, “que todos sean uno”, y nosotros queremos entrar en esa unidad, no en las diferencias como alguien podría decir. Unidad de fe, en el Credo, siempre dentro de la Santa Iglesia Católica. 


Jesús es el único pastor que realmente nos lleva a Dios, en el mundo hay pastores, aunque son eficientes conforme al agrado del Corazón de Dios, es a Cristo, siempre insisto en ello. 

Las Santas Escrituras, como leeremos, es también la Puerta. Es la puerta que nos lleva al conocimiento de la verdad, a la Palabra de Dios, aprendemos a conocer a Jesús nuestro Señor. Las Santas Escrituras nos encamina a que hagamos más fervorosamente la oración, nos señala el camino de los Sacramentos, el camino de la Iglesia Católica, y el Magisterio de la Iglesia Católica siempre atenta a la Palabra de Dios, y que, con la alegría interior, la obedecemos, obedecemos a Dios en todo momento. Los Santos Padres se alimentaron mucho de esta Fuente Espiritual que procede de Dios. 

En la actualidad, hay muchos ladrones dentro de la Iglesia Catolica, entorpeciendo los planes del Señor, que se han atribuido una vocación que no le correspondía, los falsos hermanos, hipócritas en los distintos puestos de la Iglesia, como denuncia el gran San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia.

Los siguientes comentarios, están extraído de la Sagrada Biblia comentada por los Santos Padres de la Iglesia. Los cristianos que no tienen interés por la Palabra de Dios, ponen demasiado interés en quienes les enseñan el camino del error. 


  • En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es un ladrón y un salteador.

  • Jn 10,1. Las Escrituras son la Puerta, repara en las características de ladrón: no entra a la luz del día y, además no se hace anunciar por el testimonio de la Escritura. Eso es lo que significa «no entrar por la puerta». Sin duda que este pasaje alude tanto a quiénes ya habían sido cuanto vendrían después, al anticristo y a los falsos cristos, Judas y Teudas, y a tanto semejantes a ellos. Con verdad llama «puerta». Es ella la que conduce a Dios e inicia sus conocimientos, la que encierra a las ovejas y las guarda, impidiendo que los lobos entren en el redil. Como una puerta sólida mantiene a los herejes lejos de la entrada y nos da la seguridad que deseamos, no permitiendo que nos extraviemos. Si no traspasamos esta puerta no seremos fáciles presas de nuestros enemigos. Por ella podemos reconocer a quiénes son verdaderos pastores y a quiénes no. ¿Y qué significa «entrar en el redil»? A todas luces, cuidar a las ovejas. Quien no sirve de la Escritura, sino que entra por otro medio y sigue un camino distinto del establecido, es un ladrón… Nadie quede confundido porque más adelante [Jesús] diga de sí mismo que Él es la puerta. Porque también hay veces se aplica el nombre de pastor y en otras el de oveja, pues de diversas maneras se esfuerza por transmitir el mensaje de salvación. Cuando nos conduce al Padre, se llama así mismo: «puerta». Cuando cuida de nosotros «pastor». (Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de Juan, 59,2)

  • Entrar gracias a la Tradición del Señor. «Los dominados por los discursos impíos y que promueven a otros, sin emplear bien al mismo tiempo los discursos divinos, sino con falsedad» (…) , ni entran ellos mismos en el Reino de los cielos, ni permiten a los que han engañado alcanzar la verdad. Tampoco ellos poseen la llave de la entrada, sino una falsa y, como suele decir habitualmente, una llave falsa con la que no abre la puerta principal, como nosotros entramos mediante la tradición del Señor; en cambio, abriendo una puerta falsa, perforando a escondidas el muro de la Iglesia y franqueando la verdad, se establecen como mistagogos. (Clemente de Alejandría Stromata, VII, 106, 1-2) [La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia, Nuevo Testamento 4ª. Ed. Ciudad Nueva] 

Reflexionando: Los malos pastores, dice San Agustín, son ladrones y salteadores. Y tratan de confundir a los que comienzan la búsqueda a Jesucristo, no les dejan que sean católicos, los ladrones prohíben que se anuncien la Palabra de Dios a las gentes, para que se conviertan y se salven. Pues es claro, que estos tales no heredan el Reino de los cielos, y a los que quieren entrar, los expulsan. Pues no les agrada la Tradición de Nuestro Señor Jesús, «Tradición del Señor» que los Santos Apóstoles siempre conservaron. Los impíos quieren buscar novedades, no la Revelación autentica de la Palabra de Dios. 

Un salteador, un impostor, un ladrón, se puede considerar,

  • --Es necesario hacer cambios dentro de la Iglesia, vamos a buscar a alguna persona que desde dentro de la Iglesia se atenga a nuestros intereses, les enviaremos a los seminarios, le iremos ascendiendo hasta hacerle Papa, pero siempre al servicio de nuestros intereses, no los del Evangelio. Pero este que llegará a la mayor altura de la Jerarquía, no estará solo, siempre tendrán a los nuestros: "masonería, libertinaje, inmoralidad, sodomía, materialismo, transgresores de los mandamientos y preceptos de Dios", capaces de engañar a tantos cristianos como se pueda, y se consigue. Que convenzan al mundo esos obispos que bailen al mundo, que a muchos jóvenes les encantarán divertirse, y así de esa forma le atraeremos hacia nuestros intereses para acelerar, el "Nuevo Orden Mundial", les ofreceremos aplausos, nuestros jóvenes se harán numerosos selfies con quien sea el Papa. Echando al Pontífice que es Benedicto XVI, porque se opone a nuestros planes.

 Extraños accidente que ha tenido Benedicto XVI, maltratado, despreciado, por algunos de los que se hacían pasar por amigos, y eran tan falsos como Judas Iscariote. 

Y es que Benedicto XVI se había propuesto volver a la Tradición del Señor, que el Concilio Vaticano II en la práctica no lo había visto como bueno, pues como el mundo cambia, los impíos intentaron destruir la Iglesia de Cristo. En lugar de tal cosa, salió a la luz esa falsa iglesia, horrible, la anti iglesia. 






Pues así es la astucia de Satanás, y vemos ahora la crisis en la Iglesia, en tantas Conferencias Episcopales, en toda la Jerarquía de la Iglesia Católica, excepto un pequeñísimo resto que han perseverado en la Voluntad de Dios. 

Los impíos son los que gobierna ahora en distintos sectores de la Iglesia Católica. 


«Tradición del Señor» Pues lo que se trata es guardar, custodiar, perseverar en las enseñanzas del Señor, rechazando las trampas de los lobos rapaces que hay en la Jerarquía de la Iglesia Católica. La Tradición Apostólica se contiene precisamente en las enseñanzas del Espíritu Santo, no hay enseñanzas humanas. Quien sigue a Cristo, quien le ama, no puede aceptar las tradiciones de este mundo, tradiciones de hombres que arrojan a la perdición, el modernismo. El protestantismo es una puerta del infierno que no destruir a la Iglesia Católica. El protestantismo y todas las demás sectas son vías de perdición eterna. 


  • «Pero a un extraño no le seguirán, sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños». (San Juan 10,5)

Hemos de vigilar, para que esos discursos impíos, discursos malignos, que tras decir algo que parece bueno, inmediatamente, lo que sigue, es un crimen, para la fe. 

Hay personas que pueden decir: "fíjate que cosa tan agradable ha dicho este tal, en sus palabras, en sus escritos", pero es que resulta, que en un mismo capítulo, se esconde la trampa, y con lo bueno, no quiere que descubra a donde cae, se aprovecha los malignos para destrozar la sencillez de la fe, de los que buscan a Dios, pero si lo buscan de corazón no caerán en la trampa. 

El verdadero Pastor y quien confirma en la fe, es Cristo Jesús, el Papa puede tener errores, pero todo anti papa, es incapaz de guiar al rebaño de Cristo a la salvación, el antipapa no es ministro de Dios, todo hereje son discípulos y ministros de Satanás; son ciegos y guías de ciegos. Se mantiene fuera de la comunión de la Iglesia Católica. No es pastor, sino ladrón, quien sea; también en los pueblos, cuando aquel que baila en la iglesia, que danza, que hace divertir a tantos enemigos de Cristo, no pertenecen a Cristo sino al maligno. 

Para permanecer con el Señor solo existe un Evangelio, el de Nuestro Señor Jesucristo. La "nueva evangelización" no procede de la Palabra de Dios, y eso no conviene aceptarlo. La Tradición del Señor es camino de salvación eterna.

Los ataques, las excomuniones a todos los fieles a Cristo, los malvados se aprovechan de ello, y por la ignorancia de quienes no están familiarizados con la oración, ni con el conocimiento de la verdad, se imaginan que son verdaderas, y la causa es la propia ceguera. Se ha tratado de "demonio", a quien desea que la Iglesia sea pura, santa, casta, Jorge Mario Bergoglio no llega a responder jamás, a las dudas de los cardenales, que ellos claro, no tienen dudas, pero esperan una respuesta conforme a la fe, pero que los lobos rapaces jamás podrán ofrecer, porque no tienen ni al Padre ni al Hijo de Dios, no tienen al Espíritu Santo. 

Terminando por ahora, como decía al principio, Bergoglio quiere hacer ciertos cambios, en el Padre nuestro, parece ser que no le ha gustado nada lo que es de la Tradición del Señor. Todos los herejes, sectarios nunca les han gustado el camino de la Tradición Apostólica. 

Ya hace tiempo había compartido una de las enseñanzas de San Cipriano, sobre el Padre Nuestro, son los Santos que nos ayudan a comprender la Palabra de Dios, los pastores modernistas no están guiados por el Señor. La impiedad de estos lobos que aparentan ser pastores, son bastantes distintas, y muy contradictorias con los intereses de Jesucristo. 

En la oración del Padre nuestro que ahora se quiere modificar, cambiarlo, hay un detalle que debemos notar, cuando decimos: "Hágase tu Voluntad en la tierra como en el cielo", en ese cambio es revelarse contra la Voluntad de Dios. No conviene contradecir lo que hemos aprendido de esta oración de Jesús, si otros quiere otras oraciones, que los usen para ellos, pero nosotros debemos ser fieles a los principios que Jesús nos ha enseñado, guardar siempre sus enseñanzas en nuestro corazón. El que reza el Padre Nuestro, debe comprender muy bien cada una de sus palabras, San Cipriano conforme lo recibido del Espíritu Santo, y así nos enseña, nos educa en la fe cristiana. 









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