viernes, 2 de septiembre de 2022

A donde empuja el suicidio, ¿Qué eternidad les espera? (2)

 


La gravedad del suicidio se comprende también que es pecado contra el quinto mandamiento.

¿Pueden salvarse los que no se acercan a Dios?

El suicidio está incluido en este mandamiento como prohibido: «No matarás» (Éxodo XX, 13). Otro tipo de suicidio, es cuando mata el alma, con cualquier mentira. También el mentir causa muerte al alma.

Los pensamientos negros, en el que se convierte en un ser maligno. El suicida es persona que no tiene fe, es homicida contra sí mismo y contra el prójimo.

¿Cómo mostrar que la persona que se suicida, ya no puede entrar en la Vida eterna, sino que al instante de su muerte, se condena?

El suicidio no se produce cuando el alma está engracia de Dios, sino en pecado mortal. El odio interior empuja también al suicidio.

Lo enseña San Juan: Cualquiera que aborrece a su hermano, es homicida. Y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna que permanezca en si mismo (1º San Juan III, 15). El suicida que es verdaderamente homicida, destruye a su vez el templo de Dios, o sea, su propio cuerpo, destruye la obra creada por Dios, en sí mismo o cuando mata a otras personas, siempre está en pecado mortal; «¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo aniquilará. Porque el templo de Dios es santo, y ese templo sois vosotros. ¡Nadie se engañe (1º Corintios III, 16-18a).

El Señor es quien da a cada persona aliento de vida, pero el suicida se rebela contra la propia vida, engañado por el demonio al darse muerte, ya no encuentra la Misericordia divina, sino los tormentos, que sabe bien que no tendrá fin. Es eterno.

El bautizado tiene formas de destruir el templo de Dios, por el consentimiento de las impurezas, las drogas, toda clase de vicios, el consentimiento a los pensamientos impuros, actos lujuriosos, conversaciones inmorales, bromas, se destruye así mismo, y con frecuencia, la carga de pecados es inmenso, no puede soportar los remordimientos de conciencia, pero está cegado y no acude a Dios, y esto le empuja, muchas veces a los trastornos mentales, ya está muerto, no tiene la Gracia de Dios, por causa de los pecados mortales, estos tales se han hechos enemigos de Dios, no puede soportar esos remordimientos de conciencia, presta oído a las sugestiones diabólicas, así como Judas Iscariote, que había traicionado a Jesucristo, el diablo entró en su corazón, y más tarde el infeliz Judas se dio muerte. Dice el Señor, que más le hubiera valido a ese hombre no haber nacido. Pues los horrores que padecen por terribles tormentos, no tendrán fin. 

«Fuera los perros, fornicarios, homicidas…» (Apocalipsis XXII, 15) ¿Cómo entonces dicen algunos y sacerdotes entre ello, que el suicida encontrará misericordia? El suicida nunca busca la misericordia, Jesús los rechaza, a todos los homicidas, como al resto de los pecadores impenitentes. Hay distintas formas de matar, y el suicidio entra en los mandamientos de Dios: No matarás (Éxodo XX, 13). El aborto es un crimen horrendo, el matar a una persona..., y vuelvo a repetir, darse muerte así mismo es mandamiento de Dios y de la Iglesia Santa de Dios.  Ni dar muerte al prójimo ni así mismo, contenido en el 5º Mandamiento del Señor nuestro Dios.

 

Libro de la Sabiduría, 1, 3-4)

«Pues los pensamientos perversos apartan de Dios, cuyo poder puesto a prueba redarguye a los necios.

»Porque la sabiduría no entrará en alma maligna, ni habitará en el cuerpo sometido al pecado.»

 

El plan de pensar en el suicidio deja claro que apartan de Dios, por tanto, en ese proceso de darse muerte, no obedece a Dios, sino al diablo. 

Antes del suicidio es alma que está apartada de Dios, por lo que resulta que al demonio no le cuesta mucho acabar con esa vida con ese terrible pecado de matarse así mismo. Pecado mortal. No es ninguna virtud el suicidio.

Solo Dios es único Dueño de la vida, y el ser humano no debe darse la muerte bajo ningún concepto.

Si se conoce a alguna persona que se va a suicidar, se la debe ayudar para que conserve su vida y no se condene inmediatamente con el suicidio. Jamás se la debe engañar dándole falsas esperanzas.

La Iglesia prohíbe el suicidio, porque es un grave pecado mortal, y esto si que el suicida, por ese pecado mortal, se condena eternamente.

Cuando una persona se lanza desde un precipicio o un puente, no tiene tiempo para el arrepentimiento, porque es cuando los espíritus malignos en esa caída, le somete en la desesperación más terrible, no tiene tiempo de pensar el suicida en el perdón de Dios, pues los demonios ya han comenzado a torturarles antes de que muera. Hay quienes creen que se salvarán, pero son opiniones que están fuera de la fe cristiana.

Ciertamente, el suicida es el único responsable de su propia condena.

Esos trastornos psíquicos, graves, amargos en que está sometido, antes del suicidio se puede solucionar, haciendo un extenso examen de conciencia, pues la suciedad que hay en el interior por la gravedad de los pecados, son los que provocan también esas inquietudes y terrores internos. Pero con el examen de conciencia, el arrepentimiento, el propósito de enmienda, tras la confesión sincera por el sacramento de la confesión, el alma se irá iluminando. Dios no quiere la muerte de nadie, tampoco el otro debe quererla, sino que se convierta y se salve. Pues el Señor es el remedio para las almas que le buscan.

Uno de los pecados contra el Espíritu Santo, es precisamente el suicidio, que no confía en la Misericordia de Dios. Pues el que confía, es imposible que quiera suicidarse.

Una vida perseverante en la oración, nos ayuda a todos a vivir en paz, aunque el mundo haya confusión y corrupción, nosotros estamos con el Señor nuestro Dios.

La defensa católica debemos hacerlo con la luz del Magisterio Tradicional de la Santa Iglesia Catolica.  (le di a entender esto, porque ese tal se jactaba de defender la doctrina católica, con numerosos errores y en perjuicio de los lectores)

1º El catecismo de "Juan Pablo II", aunque tiene algunas enseñanzas que son ciertas, porque van acompañadas con las pruebas de la Tradición, hay otros numerales que no pertenecen a la Tradición Apostólica. Y con los errores, han echado a perder la verdad. 

Conozco el numeral 2283, no procede de la fe, sino de uno de los equipos de redactores que han dejado una serie de temas, unos con errores y herejías a lo largo de este libro. Es una opinión personal del autor que ha redactado el 2283. No sabemos quién puede ser, pero el árbol se conoce por sus frutos, y no hay fruto de la verdad, sino de opinión errónea. ¿Es que pones ese numeral por encima de la Palabra de Dios? Y estás defendiendo el error, y esto llega a provocar una cerrazón en la inteligencia, un endurecimiento del corazón con tal persistencia.

Decía esa persona:
"Por otra parte, si el suicida tiene trastornos psíquicos graves pueden disminuir la responsabilidad moral del suicida."

Mi respuesta fue: Esos trastornos se deben a que no está caminando conforme a la Voluntad de Dios, sin vida de oración, el enemigo se ensaña con esas almas.

Dijo también: "Lo que es cuestionable con la fe cristiana es que todos los suicidas estén sometidos a los espíritus malignos; aquí sí sería adecuado contar con alguna referencia del Magisterio de la Iglesia."

El demonio tiene de muchas maneras, si una persona acumula pecados sobre pecados, el demonio se aprovecha de ello, la conciencia, el alma manchada por los pecados, los remordimientos de conciencia que no puede soportar el suicida, el alma se angustia, está como en una caverna tenebrosa, el demonio le tienta, que para solucionar las cosas y olvidarse de todo, le hace creer que lo mejor es quitarse la vida. No encuentra la luz de la oración, y solo piensa en esos problemas personales, no busca la ayuda adecuada que debe ser con el examen de conciencia, el arrepentimiento, la confesión sacramental, y el tentador le empuja a que cometa ese crimen, no le muestra lo que le sucederá después de haber destruido la vida que el Señor le había concedido, no para destruirla. Pero ya es el pecado consentido, lo que lleva al alma de mal en peor.  

"Lo que es cuestionable con la fe cristiana es que todos los suicidas estén sometidos a los espíritus malignos; aquí sí sería adecuado contar con alguna referencia del Magisterio de la Iglesia.

Deja claro un alto grado de extrema ignorancia, pero sí, a esto vamos, el Magisterio de la Iglesia Católica, que no son las enseñanzas de los herejes modernistas, sino el Magisterio Tradicional, por lo que nos ayuda a comprender la situación, esto lo iremos comprobando. 

Son muchos los que cuestionan las enseñanzas de la Palabra de Dios, y pone su credibilidad en los errores.

El suicidio no es una virtud, sino que es una terrible provocación del demonio, que así como incitó a Judas Iscariote al suicidio, pues habiendo estado caminando con Jesucristo, no ponía atención a sus enseñanzas y continuaba robando, luego a la murmuración, terminando por traicionar a Jesucristo, y finalmente se dio muerte. El demonio entró en el corazón de Judas, lo mismo sucede con el suicida, que el maligno entra en el corazón. 

No es cuestionable lo que comento con la fe cristiana, pues tenemos las enseñanzas de los Padres de la Iglesia Santa de Dios , cuando comprendemos lo que sucede cuando muere una persona que no ha respetado los Santos Mandamientos de Dios, pero también el demonio ataca a las almas buenas, que tienen muerte por enfermedad no por suicidio, como le ha sucedido al Beato Rafael Arnaiz, que el demonio quería hundirle en la desesperación, pero el infierno no pudo con esta alma, que se había dedicado a la oración y contemplación.

La muerte del pecador es terrible, la muerte de quienes están acostumbrado a ofender a Dios, una multitud de demonios en torno a esa alma, que la acompaña al infierno para aumento de sus terrores. No comento cualquier cosa, sino que las pruebas para el que cree están a mano, si leemos libros de San Alfonso María de Ligorio, del Santo Cura de Ars, que finalmente, fueron abandonados por la misericordia de Dios, ya que pecaron gravemente.,

De nuevo "

Y, por último, una depresión mayor, por ejemplo, puede poner a la persona en riesgo alto de suicidio y ello no es incompatible con llevar una vida espiritual correcta.".

Aquí usted se equivoca como otras veces, pues el alto riesgo del suicidio, nada tiene que ver con la vida espiritual, sino por el abandono precisamente de este orden espiritual. ¿En qué parte de la Escritura dice algo así de que el darse muerte: suicidio, está relacionado con la vida espiritual? No lo encontrará, pues el suicida es un criminal de sí mismo, se rebela contra la Voluntad de Dios, desobedeciéndole, huyendo de Él. Dios nos ha creado a imagen suya, esta imagen lo destruye el pecador obstinado.

Actualización: Un cristiano que lleve ordenadamente una vida espiritual, en gracia de Dios, tiene al Espíritu Santo, por tanto, no siente tentaciones suicidas, porque ama la vida, y se conforma con la Voluntad de Dios.

Una vida espiritual correcta, jamás motivará la tentación del suicidio, porque la forma de vencer nuestras tentaciones, es perseverar en la vida de oración. El Señor no abandona a los suyos en el poder del mal, sino que los libra. 

El suicida no tiene relación con la vida espiritual, y el demonio se aprovecha de ello. 

Ese numeral del catecismo modernista contradice las enseñanzas de la Palabra de Dios.

Sería más provechoso para usted y los demás, que se dedicase a estudiar el Magisterio Tradicional de la Santa Madre Iglesia.

 

Hay otra persona que se mete por medio, y me dice:

José Luis: tu ignorancia es bastante atrevida, las personas con transtornos psiquiatricos por supuesto que llevan una vida espiritual con la esperanza que Dios los sane de su dolor y tormento. Pero aqui solo te interesa condenar y tener la ultima palabra, bastante desalentador y triste para ser un "cristiano"

 Actualización personal.

La ignorancia no tiene por qué dominarnos, sino el conocimiento de Dios, y necesitamos a diario, tanto la oración como el estudio, lectura y meditación de la Palabra de Dios.

Actualización, la búsqueda de la verdad, siempre se hace con sencillez de corazón, pues peligroso sería presumir. Para no caer en el engaño del diablo ni pecar contra la caridad.

Ciertamente, si suplicamos al Señor que nos libre de nuestra ignorancia, es necesario que nosotros nos hagamos una purificación interior, arrepintiéndonos de todos nuestros pecados, el examen de conciencia es necesario. 

"Pero aqui solo te interesa condenar y tener la ultima palabra, bastante desalentador y triste para ser un "cristiano"

Conocer la verdad no puede llevar al desaliento, sino a la alegría, de que la ignorancia ha sido vencida. Pero hay muchos que se sienten dolidos por que se le presenta la verdad, y no es adaptable a la medida del hombre viejo.

El que es de Cristo, siempre se alegra con la verdad, nunca se desalienta.

Lo que le molesta al diablo nuestro enemigo, es cuando cualquier cristiano encuentra sus artimañas con el conocimiento de la verdad. 

¿Cuáles son las causas de los trastornos psicológicos?

Para el que tiene fe, no tiene esos trastornos, pues confía plenamente en el amor de Dios, en el poder de la oración, en la confianza en la Madre de Dios, y es tan cierto que quien está unidos interiormente con Cristo Jesús, con María Santísima, no pueden padecer tales trastornos. Porque al estar consagrado a los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima, el demonio no puede nada contra esa alma, y aunque sufra en su cuerpo, no en su espíritu, no en su fe. Sobre esto, sabremos más.

Las causas de los pecados graves aumentan los remordimientos, queda trastornado, ciertamente, y no recurre al Señor. La turbación que provoca el enemigo de las almas, y muchos no entienden cuáles son las verdaderas causas. La mala conciencia, la vida del pecado mortal. Y se puede demostrar que los trastornos mentales están causados por una vida de pecado.

No, a mí no me interesa condenar a nadie, jamás lo he hecho, pero habla de causas que es lo que arrastra a la condenación eterna, los tormentos más terribles que el alma termina padeciendo por no haber amado ni obedecido a Dios Padre. El alma tiene la opción de salvarse o condenarse, es decisión personal mientras aún vive. No hay que culpar a los demás. Pero hay que decir las cosas para evitar el infierno. Actualmente no se habla de la gravedad del pecado, ni del infierno, ni de los Santos Mandamientos de Dios, porque por desgracia, son muchos que han perdido la fe, y no habla de los dogmas, son dogmas de fe, la existencia del infierno, como la realidad del cielo, que debe ser nuestra verdadera patria.

Los herejes piensan de forma bastante equivocada, creyendo que la misericordia de Dios también llega para el que mate su propia vida, que se iría al cielo, ¿no es tanto como decir que el infierno no existe? 

Son muchos precisamente que se extrañan y responden con eso, 

“Pero aquí solo te interesa condenar y tener la ultima palabra, bastante desalentador y triste para ser un "cristiano”

Soy cristiano católico por la gracia de Dios, y decir la verdad no es estar desalentado, la última palabra solamente la tiene el Señor, ni esa persona que me ha respondido, él no tiene razón en su comentario.

Actualización: la última palabra no la tenemos los mortales, sino solo Dios. Sólo Él quien decide. Por eso es necesario acostumbrarnos a consultar la Palabra de Dios y aprender siempre del Sagrado Magisterio Tradiciona.

Hablar del infierno es necesario para que el alma no termine en ese lugar de terribles tormentos. Para que dejemos de ofender al Señor. Son muchos que no quieren que se hablen del infierno y acaban a ahí porque viven y mueren en pecado, muchos que no renuncian a ser esclavos de sus vicios y pecados, pues hay que advertir de esto, para que ellos vuelvan a Dios, y no se confíen nunca en las falsas esperanzas que los lobos rapaces disfrazados de pastores, tienen la mala costumbre de mentir, ofreciendo falsas esperanzas. Pues esto termina por empujar a los que creen en el engaño, siendo arrastrados al infierno.


Volviendo al autor del tema, me dice:

 

la prohibición de darse muerte a sí mismo o suicidio procede del decálogo y no es discutible. La cuestión es la responsabilidad del suicida. Ni siquiera los catecismos que refieren indican la condenación del suicida.

 La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuida e incluso suprimida por factores psíquicos y esto no contradice la Tradición ni el Magisterio. Aquí no se discute la moralidad del suicidio, sino la responsabilidad del suicida.

 

 

Y respondo:


Ciertamente, los catecismos modernistas que aparecieron con el “conciliábulo Vaticano II” , fallan en muchas respuestas. Para los lectores que se inician en la fe, ese catecismo no es tan católico, ni tan a favor de la Sagrada Tradición en muchas partes.

 No se escapan los suicidas del castigo que ellos mismos se han ocasionado por el pecado mortal:

 «Más, cada uno morirá en su maldad» (Jeremías XXXI, 30). Cada uno de nosotros, y eso lo sabemos muy bien, daremos cuenta a Dios de lo que hagamos en esta vida presente, y es mejor hacer el bien, y nunca el mal. Y, sobre todo, arrepentirnos de todo lo malo que hayamos hecho cuando en vida tenemos tiempo. El suicida no puede rectificar, vivió y murió en pecado mortal.

 El suicidio es el abandono de Dios para el culpable. Todo criminal da cuenta al Señor en el momento determinado, si antes del suicidio, ya estaba muerto, el infierno es la segunda muerte a que están destinado.

 La ciencia falsa busca respuestas al margen de la Palabra de Dios, y se engaña mucho.

 No es compatible los errores de los científicos ateos, con las enseñanzas de la Palabra de Dios. Veo que usted no valora la Palabra de Dios, y ¿Qué defensa católica siembra usted?

 Por eso, había comentado anteriormente, que el que comete suicidio, inmediatamente se condena, no he exagerado, pues tenemos a la Sagrada Biblia, que nos ayuda a reflexionar. Los herejes llegan a convencer a los cristianos que no se han educado en la fe de la Iglesia Católica.

Hemos de atenernos a lo que nos enseña el Señor nuestro Dios, los errores de los modernistas, no son respuestas para comprenderlo.

Los catecismos son útiles como el de San Pío V y San Pío X. Los “catecismos” modernistas no ayudan para nada en la fe.

 Hemos de atenernos a lo que nos enseña el Señor nuestro Dios que también nos habla por el Sagrado Magisterio Tradicional. Los errores de los modernistas, no son respuestas para comprenderlo.

 Otra persona que no admite la Sagrada Biblia, me dice:


 Ahí dice que no, que influyen factores psiquiatricos y psicológicos.

Se refiere a un numeral del catecismo modernista del Vaticano II.

Para los que no tienen fe, ven más importancia lo que digan los “psicólogos” que no conocen a Dios ni tienen fe.

 Es lo que dice, pero no lo ha podido demostrar. Pues los herejes no son capaces de aceptar ni la Palabra de Dios ni la Sagrada Tradición.

Autor modernista replica:

 

…  prohibición de darse muerte a sí mismo o suicidio procede del decálogo y no es discutible. La cuestión es la responsabilidad del suicida. Ni siquiera los catecismos que refieren indican la condenación del suicida.

La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuida e incluso suprimida por factores psíquicos y esto no contradice la Tradición ni el Magisterio. Aquí no se discute la moralidad del suicidio, sino la responsabilidad del suicida.

 

Respondo: al autor de esa enseñanza herética.

No se "discute" respecto al Decálogo, eso parece entenderse bien. 

Y la gravedad del suicidio, no disminuye la pena al culpable, pero no gozará de la Misericordia de Dios, sino del castigo que precede inmediatamente después de su muerte. La justicia de Dios también existe, no solo la misericordia.

Estoy refiriéndome a la conducta culpable del suicida. Y aun no lo ha llegado a notar. Se podría decir, y no me equivoco, que el suicidio abre la puerta al infierno.

No es compatible los errores de los científicos ateos, con las enseñanzas de la Palabra de Dios. Veo que usted no valora la Palabra de Dios, y ¿Qué defensa católica siembra usted?

Volviendo al Catecismo. Si un libro contiene errores mezclado con algunas verdades, no sería un verdadero Catecismo.

Aunque usted dice: " Ni siquiera los catecismos que refieren indican la condenación del suicida."; hay otro libro que explica claramente a quien pertenece los suicida, y me refiero a la Sagrada Biblia Católica. Pertenecen al diablo. Pues el que mata, aunque sea así mismo, es un asesino, y ningún homicida, tiene vida eterna. Los asesinos no pueden heredar el Reino de los cielos, ya mate a otros, o destruya la propia vida. Tengo la costumbre de consultar la Sagrada Biblia, el Catecismo verdadero, y otras fuentes conforme a la doctrina de la Iglesia Católica.

Son muchos los que han dejado de creer en las enseñanzas de la Iglesia Católica, para sostener las herejías modernistas, no tienen iniciativa por su pereza por estudiar la Sagrada Tradición de la Fe Apostólica. Para el modernista le es más cómodo estudiar la teología protestante, sectaria, que han metido el Concilio Vaticano II.

Autor modernista

José Luis: homicida no arrepentido se condenará; no hablo de psicólogos ateos ni ciencia atea. Es teología moral. Descartó el numeral del catecismo, ahora ya los catecismos tradicionales tampoco le sustentan y termina interpretando la Biblia, obviamente válidamente desde su punto de vista. Ya veo SU defensa de la fe: la suya.

Habla de la teología, pero no es teología católica, no es enseñanza del Magisterio Tradicional de la Iglesia Católica, sino de cierta teología cargada de herejías. La Teología moral no comienza a partir de la organización masónica, que promovieron el “Concilio Vaticano II”

De esa teología que usted defiende, no es cristiana, el autor de ese numeral solamente ha escrito lo que él piensa, lo que opina, pero sin contar con las Sagradas Escrituras ni del auténtico Magisterio Tradicional.... 

El arrepentimiento es necesario en vida, porque cuando el alma muere en pecado mortal, ya no puede arrepentirse.

que se puede mostrar, que el suicidio es verdaderamente un crimen, es pecado mortal, y la persona que lo comete, al instante se encontrará en los tormentos eternos, y si alguien reza por ese suicida, esas oraciones no son aceptadas por el Altísimo. Y no puede haber alcanzado la misericordia de Dios a todo aquel que muere en pecado mortal.

Dice: homicida no arrepentido”, el homicida, el que acaba con la vida del prójimo puede arrepentirse, mientras no se dé muerte así mismo. Aunque es cierto, hay homicida que nunca se arrepienten de sus crímenes. Sean suicidas o no.

El suicida no tiene tiempo, aunque se arroje desde una mayor altura, no piensa en la misericordia de Dios, porque los demonios alrededor de esa alma, consigue que su desesperación aumente. En estos momentos tan terribles, antes de morir, sabe muy bien que se condena. Pues hay otros testimonios, no de suicida precisamente, en que el pecador mientras muere, aunque tenga un sacerdote al lado, cuando agoniza, no piensa en un verdadero arrepentimiento, se puede comprobar cuando se lee los ejemplos que nos da San Alfonso María de Ligorio, San Juan María Vianney y de otros santos. Pues así como se vive en pecado, se muere en pecado. 


Por lo que es un grave error, es un engaño, cuando en el Catecismo elaborado por el falso Concilio dice así,

 

2283 No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que Él solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida.

Esto es fruto de las herejías modernista.

Pero si vamos en verdad en búsqueda de la verdad. El Magisterio Tradicional de la Iglesia Santa de Dios, enseña algo muy distinto. Y se puede demostrar que se le puede negar la sepultura. No está permitido las exequias. Más adelante lo sabremos.

La Iglesia no ora para los que mueren como enemigos de Dios, y el suicida lo es en máxima gravedad. Los herejes modernistas se inventan falsedades para engañar a los bautizados perezosos e inútiles, y que no busque la verdad del Magisterio Tradicional.

Ese numeral es una opinión del redactor modernista, no conforme a la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo.

¿No se debe desesperar de la eterna salvación del suicida, cuando en el infierno está padeciendo una tremenda desesperación y convencido de que ya no saldrá de ahí? El modernismo, los herejes mienten en la redacción de ese engañoso catecismo. Pues no tienen fe y corrompen a los ignorantes aún más de lo que lo están.

Había dicho que estas personas no tienen tiempo de arrepentimiento, insisto en ello, pues la muerte por el pecado mortal no da tiempo para el arrepentimiento. El culpable sabe que ya no habrá salvación pues ha obrado muy mal. Ya no puede volverse atrás, demasiado tarde, pero en el caso que con el intento del suicidio no haya muerto, tiene una segunda y definitiva oportunidad de querer arrepentirse, pero si lo que le domina son esos malos deseos, de terminar su vida con el suicidio, esa alma, no buscará a Dios, y más terrible sería la pena eterna, que la de aquellos que con el primer intento lograron suicidarse.

También conviene saber que la Iglesia Santa de Dios no reza por las personas que se han suicidado, porque ellos escogieron el camino de la condenación. 

Otro comentarista muy animado a contradecir, hay varios, aunque no he tenido la necesidad de aceptar tales comentarios. 

No he respondido a cada comentarista, pues algunos estaban muy enojados a lo que yo decía, riéndose y burlándose. No le di importancia. 

Otra persona se unió a la conversación, y decía:


Recuerden que para que sea pecado so tres cosas: " Sea materia grave.

Debe ser cometido con plena conciencia.

Un consentimiento suficientemente deliberado para ser una elección personal."

Y para los que no an sufrido con "salud mental" nunca sabran lo que es no estar bien para decidir, y ase decisiones que estan bien. Yo si eh estado asi, gracias a Dios nunce me e querido quitar la vida, pero es muy feo.


Materia grave es también, cuando no se busca la conversión, y a plena conciencia. Pues tiene facilidad de aceptar a Dios, vivir una vida de pureza, pero si se dedica a los placeres terrenales, el rechazo como el olvido de Dios, atrae para esa alma consecuencias muy graves.

La oración en gracia de Dios es un poderoso remedio contra todas las enfermedades, cuando custodiamos la Gracia de Dios en nosotros, Jesús mismo viene a darnos salud tanto en nuestro cuerpo, en lo psíquico, como en nuestra alma. El que no ama a Dios se atrae para sí numerosas enfermedades.  El que no ama a Dios, es aquel que peca y desobedece los Santos Mandamientos de Dios.

Una persona adulta, ya es consciente de lo que tiene que hacer, bien o mal. Pero siempre es mejor hacer el bien conforme a la Voluntad de Dios, y nos libramos de un sinfín de problemas.

Aquí termina estas dos partes dirigidas, aunque he hecho alguna actualización.

Pero este tema no ha llegado a su final, todavía nos queda también que es lo que nos enseña la Palabra de Dios, aunque aquí hemos leído algunos consultando a la Palabra de Dios, en las siguientes partes, podremos conocer que es lo que nos enseña la Teología de la Iglesia Católica en un santo doctor, y del Magisterio Tradicional de la Santa Iglesia Católica. 


Continuará...

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