Muchas catástrofes están sucediendo en el mundo, inundaciones, terremotos, avalanchas de los montes, grandes rocas que caen de las montañas, y pasan por la carretera, algunas aplastan los coches que van por ese camino. Las plagas aparecen en donde no los había anteriormente. Así como las lluvias torrenciales, granizos de gran tamaño, enfermedades nuevas que la ciencia de este mundo no sabe encontrar soluciones, enfermedades en los árboles, las plagas afectan también a la vida vegetal.
Todas las soluciones que parecían importantes por los impíos, terminan siendo arruinados, porque el Señor rechaza a los impíos, a los pecadores, a los rebeldes.
La mayoría de los cristianos no saben por qué sucede estas cosas, y preguntan: ¿Por qué Dios permite esto? ¿Por qué hay tanto mal en el mundo? Pero las repuestas la tienen delante de sí, en el caso que tenga la Sagrada Biblia. Pero si la tiene y no quiere oír a Dios, es culpa de ese hombre.
En la rebeldía de los malvados incorregibles, están la anti-misa "novus ordo" es un gran pecado mortal, porque no es obra de Dios, sino de herejes, de personas excomulgadas, y cada vez la situación va de mal en peor en el Vaticano, en Roma, y allá quienes no quieren reconocer la realidad, ¡ay de los impíos!
Isaías XXIV
Catástrofe cósmica (17-20).
17 Terror,
hoya, red sobre ti, habitante de la tierra. 18 Y sucederá
que el que huya de la voz de pánico caerá en la hoya, y el que salga del medio
de la hoya se enredará en la red, porque ábrense las cataratas en lo alto y
tiemblan los fundamentos de la tierra. 19 La tierra se
rompe con estrépito, la tierra retiembla, se conmueve. 20 La
tierra vacila como un ebrio, es sacudida como una choza. Pesan sobre ella sus
pecados, y caerá para no volver a levantarse.
Comentario Bíblico:
Las frases
con que se describe la conmoción cósmica son muy parecidas a las de Am 5:19 y
Jer 48:4355, quedando como estereotipadas en la literatura apocalíptica. Habrá
una ola de terror, en tal forma que el que no caiga en un peligro caerá en otro
(hoya, red.), y los mismos elementos cósmicos se
asociarán a la conturbación general. Sus cataratas, e.d., las
compuertas (Gen 7:11; 8:2) de los cielos, que Dios abre a voluntad cuando
quiere enviar una inundación con las aguas de arriba (Gen
1:4), que estaban sobre el firmamento, concebido como una masa sólida. Y
los fundamentos de la tierra son los pilares en los que se
asienta la tierra sobre el abismo. Los hebreos concebían la tierra asentada
sobre cuatro columnas que a su vez se sumergían en el abismo de aguas, el tiamat de
la literatura asiro-babilónica. El profeta describe aquí un tremendo terremoto,
en virtud del cual la tierra vacila como un ebrio y es sacudida como
una choza (v.20). El símil está tomado de las chozas en
forma de hamaca que se ponían en las viñas para guardarlas, que solían ponerse
a veces en la copa de un árbol. Por eso aquí, al temblar la tierra, es hamada
por el viento. Y todo esto no tiene otra causa que los pecados (v.20)
que la cubren y pesan sobre ella como un vestido de maldición.
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Mi comentario:
Hay personas en todo el mundo, sienten verdadero terror por todo eso que están experimentando, las inundaciones por medio de esas grandes olas que llaman "tsunamis" que van arrasando todo lo que hay a su paso, y llegan a adentrarse en ciudades, los terribles huracanes, torbellinos, en los campos, aldeas, un viento tan fortísimo que consigue arrancar casas y llevarse animales, esto se ve también en documentales de sucesos reales.
Hay algunas personas que se divierten en esto, y lo ven como si fuera un entretenimiento, se ríen porque no les ha tocado de cerca. Pero el terror que experimentarán llega a ser mortal.
Donde se han grabado los efectos de terremotos, las gente que van por la calle, como si fueran ebrios, se tambalean por los movimientos bruscos de la tierra. Tienen que sujetarse para no caer, otros caen. La tierra se rompe, y algunos caen porque están en el camino por donde se resquebraja el terreno. No hay quien escape, como dice el Señor por el Profeta Isaías.
Con frecuencia las personas que han llegado a experimentar estas advertencias, de nuevo se lanza a sus vicios y pecados. No tienen solución, no quieren convertirse.
Son numerosos los pecados que padece la tierra por la siembra que cometen los que pertenecen al diablo.
Otra de las causas es el "novus ordo", ya lo había referido más arriba. Y no hay signos de arrepentimiento, ni de recuperar la Santa Misa de Siempre. Y los espíritus demoniacos consigue atrapar a tantas almas para luego atormentarlas en el infierno.
Han dejado pasar los tiempos de la verdadera Misericordia, la que la Palabra de Dios nos ha mostrado en la Sagrada Biblia.
Hoy los impíos enseñan que Dios no castiga, que siempre perdona, que aún estando en muy graves pecados mortales se salvarán. Las enseñanzas de los impíos son puertas abiertas a las falsas esperanzas, puerta abierta que arrastra a la condenación eterna.
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