Comentario bíblico: El
apóstol comienza poniendo en guardia a sus lectores contra ciertos maestros
engañosos, que por su mala vida y su espíritu de avaricia arrastran a otros al
mal. Por lo cual serán terriblemente castigados. Del mismo modo que en Israel
hubo falsos profetas 2 al lado de los auténticos profetas, así
también sucederá entre los cristianos. Surgirán falsos doctores (v.1),
que se esforzarán por alejar a los fieles de Cristo. Estos falsos maestros ya
habían comenzado a esparcir sus errores, pero San Pedro ( Cf. también 1 Tim 3:1ss) habla de ellos en futuro (= introducirán) porque
sabía que pronto se lanzarían sobre el rebaño de Cristo con mayor furor. Por
medios hipócritas introducirán sectas perniciosas, es
decir, esparcirán falsas doctrinas para sembrar entre los fieles la confusión,
y así originar partidos que se combatan entre sí. Por su
escandalosa conducta moral, que va a la par de su enseñanza doctrinal, han
llegado hasta negar al Señor, que los rescató (v.1) por medio de su
muerte reparadora, obteniendo así sobre ellos derecho de dominio. Ahora estos
ingratos se rebelan contra El y reniegan de Él. Semejante revuelta atraerá sobre
ellos una repentina ruina. El autor sagrado no nos dice en qué
sentido niegan al Señor. Es posible se refiera a la negación
de la parusía, o segunda venida de Cristo.
El mal ejemplo de los falsos doctores será contagioso. Muchos de los fieles seguirán sus
liviandades (v.2). El autor sagrado, más bien que de doctrina, parece
hablar de una desviación de las costumbres, como se ve por lo que dice en los
v. 10-22. También la epístola de Judas denuncia la inmoralidad de los
herejes (Jds 4.7.8.13.16.18.23.). La mala conducta de estos cristianos será
causa de escándalo para los paganos, y la doctrina cristiana, camino de
verdad (Cf. Act 9:2; 18:25; 19:9.),
será motivo de escarnio y blasfemia para los no cristianos, porque verán que no
da los frutos que se esperaban de ella. ¡Qué obstáculo tan grande al apostolado
es la corrupción de los miembros de una Iglesia para la cual la santidad de
costumbres debe ser la señal auténtica de la obra de Dios! (A. Charue, o.c. p.491.
El celo de estos falsos doctores es un celo interesado. Se dejan llevar de la avaricia (v.3).
Con sus doctrinas tratan de explotar a los fieles y de enriquecerse a expensas
de ellos. La avaricia es la nota característica de los falsos apóstoles; en
cambio, el desinterés es la nota del verdadero apóstol. Este será el criterio
más tarde para determinar y distinguir los verdaderos de los falsos profetas.
"Si pide dinero — dirá la Doctrina de los doce Apóstoles —,
es un falso profeta" (Doctrina de los doce
Apóstoles II,6 = Didajé. Cf. D. Ruiz Bueno, Padres Apostólicos (BAC, Madrid
1950) p.89). Sabemos con qué cuidado
San Pablo evitaba todo aquello que pudiera parecer interés material y
personal (1 Cor 9:1-18; 2 Cor 12:13. El ansia de
lucro personal era bastante común entre los judíos de entonces, como nos lo
atestiguan diversos lugares del Nuevo Testamento (Mt 23:14s; Tit 1:10s; cf. Ez
34:3).
Esa actividad de los falsos apóstoles podría hacer creer a los fieles que la justicia divina no vigila. Sin embargo, la verdad es que su condenación ya hace tiempo que está decidida, y llegará en el momento establecido (Cf. Jds 4-5.).
Se extiende estas enseñanzas a las falsas apariciones marianas, y hoy
abunda mucho, y la ruina eterna hacia los falsos profetas y visionarios de
estos fenómenos, se encuentra el demonio, y no la Santísima Madre de Dios, y
tampoco Nuestro Señor Iesus Christus. Ruina terrible también para aquellos que
se esfuerzan en justificar lo falso como si fuera verdadero, a lo que algunos
obligan a creer los mismos engaños que ellos reciben del padre de la mentira.
Son abundantes las personas que asisten a esos encuentros peligrosos para
la salvación del alma, pues el enemigo los tiene engañados.
7 Porque el misterio de iniquidad está ya en acción; sólo
falta que el que le retiene sea apartado. 8 Entonces se manifestará
el inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el aliento de su boca,
destruyéndole con el esplendor de su venida; 9 aquel inicuo, cuya
venida, por acción de Satanás, irá acompañada de todo género de portentos,
señales y prodigios engañosos, 10 y de seducciones de iniquidad para los destinados a la
perdición, por no haber recibido el amor de la verdad que los salvaría. 11 Por eso Dios les envía
un poder engañoso, 12 para que crean en la mentira y sean condenados cuantos, no
creyendo en la verdad, se complacieron en la iniquidad.
11 Por eso Dios les envía
un poder engañoso, 12 para que crean en la mentira y sean condenados cuantos, no
creyendo en la verdad, se complacieron en la iniquidad.